A la intemperie en Venezuela
Había sonado en la lejanía algunos truenos. Por falta de costumbre no supuse que llovería tan presto. Pero ya estaba en la calle y hacía falta comprar algunas cosas. Como pan de molde, que en Venezuela se le llama de sándwich. Estaba por finalizar la tarde cuando bajaba la cuesta entre casas destartaladas, antes elegantes y ahora abandonadas, con casos de invasiones o, como se dice en España, de okupas.
Llegado a lo plano, luego de haber visto a unos obreros apurar a recoger los andamios, comenzaron a caer las primeras gotas. Según recordaba, en Caracas las lluvias comenzaban en mayo. Pero este año los chaparrones se iniciaron en abril.
Apuré los pasos para llegar al mercado. Llevaba la exigua lista en mi bolsillo, para prevenir despistes. Me acordé de que el año pasado, por esta fecha, todavía me movía en carro. Un Aveo 2008 de segunda mano, que se buscó cuidar. Un día, regresando a casa por la misma calle por la que acababa de bajar, se incendió de la nada la parte eléctrica. Desde entonces es un caparazón sin vida, como algún otro carro que hoy me encontré en mi camino y los que se ven desde mi ventana.
El gobierno, tan ausente en muchos campos, y tan cruel en otros, siempre maniobra para subsistir. Como no temen ser desalojados, el tiempo está a su favor. Cualquier enemigo externo, representados por sistemas democráticos, tienen que complacer a su ciudadanía, pensar en las elecciones y ocuparse de los propios intereses como sociedad. En Venezuela elecciones sin garantías ni transparencias son una forma más de la teatralidad del poder.
Mucho le ha ocupado, luego que tuvo que reconocer la situación de depauperización de la población venezolana que estaban reflejados en los informes de la ACNUDH, buscar lavar el rostro sobre las bondades del Socialismo del Siglo XXI. De manera curiosa, y con una sobria promoción, la Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre el impacto negativo de las medidas coercitivas unilaterales en el disfrute de los derechos humanos, Sra. Alena Douhan, visitó Venezuela en febrero del 2021. Tuve a bien leer el informe que publicó, sabiendo de antemano que, contrario a la metodología de Naciones Unidas, no fueron convocadas a ningún encuentro organizaciones históricas y las que muestran un trabajo serio en Derechos Humanos. Con lo cual ya se levanta un velo de sospecha sobre la solidez de sus conclusiones y la convocatoria de expertos. El texto muestra perlas como que los apagones, principalmente el del 2019, no se debieron a causas como la desinversión del sistema eléctrico y desprofesionalización de las empresas públicas encargadas, sino a un ataque cibernético[1]. O que hay una serie de datos no publicados por parte del gobierno, según esta funcionaria, que dan pie para considerar a las sanciones de Estados Unidos (y la Unión Europea) como los responsables de la situación social. Informe este que sirvió de base para (al menos) introducir la situación de Venezuela Dos ante la Corte Penal Internacional.
Lo cierto es que el gobierno considera que hay una recuperación económica del país. La CEPAL considera que en el 2022 Venezuela encabezará los países con mayor tasa de crecimiento económico en la región, con un 5%. Lo cierto es que, fuera del caso de los llamados bodegones, establecimientos con artículos importados que cuyos precios se han ofrecido en dólares, la economía dista mucho de ser esperanzadora. Mientras la OIT abandona el país luego de aplicar su último mecanismo de control, los trabajadores siguen percibiendo salarios de hambre y los sindicalistas vociferan que no hay forma de que el gobierno, principal empleador, acate los acuerdos de las mesas de negociaciones. Los pensionados siguen con pensiones de hambre y 95% de la población se encuentra en algún tipo de pobreza según la Encuesta de Condiciones de Vida (77% pobreza extrema, para septiembre de 2021)..
Por lo demás, ha habido un giro particular en la economía. Dada la dolarización que existe, ha reformado la Ley de Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras. Cualquier intercambio comercial en dólares, que luego introdujo algunas excepciones, podría pagar un impuesto hasta del 20%. Justifican la decisión a partir de la intención de animar los intercambios en bolívares (que la mayoría maneja de forma digital y no como dinero físico). Como lo plantearon los economistas, intervenir en estos momentos en una economía que comenzaba a moverse, por lo menos para sectores muy privilegiados. Tal intervención podría volver a estimular el mercado negro. Además, si el diagnóstico que se hace de Venezuela es correcto, ciertas libertades económicas pudieran ser necesarias para blanqueos de ciertos activos y para que inviertan funcionarios del Estado.
Remonto la cuesta con mi pan y mi paraguas abierto. Las miradas del mundo se dirigen hacia Kiev. El cielo va desapareciendo sobre Caracas.
[1] https://ultimasnoticias.com.ve/noticias/mas-vida/nestor-reverol-sistema-electrico-nacional-se-mantiene-en-resistencia/